El crecimiento del e-Commerce está generando un incremento de la movilidad y de la siniestralidad vial

 

Distribución de paquetería

Solo el lunes posterior al Black Friday (el 29 de noviembre pasado), práctica comercial que hemos copiado de los norteamericanos y da el pistoletazo de salida a las compras navideñas, en España fueron movidos 3,5 millones de paquetes vendidos por el comercio electrónico o e-Commerce, un 10% más que en 2018. Según datos de la patronal del sector UNO Logística, este dato significa una media de 2,5 millones de paquetes al día en las semanas posteriores.

Nuestros hábitos de consumo están siendo transformados por las ventas a través de Internet. No recorremos tiendas físicas sino escaparates digitales y cada vez más solicitamos entregas rápidas (existen servicios de hasta 2 horas), baratas y en el propio domicilio. Además, las tiendas físicas no están desapareciendo sino que se están transformando en pequeños almacenes de reparto o puntos de recogida de paquetes que ayudan en una de las fases más complejas de la cadena logística, la denominada la última milla.

 

El fenómeno del e-Commerce

El mayor inconveniente es el ritmo de crecimiento. Durante el primer trimestre del año pasado, los ingresos por compras a través de Internet superaron un nuevo récord al rebasar los 10 900 millones de euros, un 30% más que en el mismo período de 2018.

Estos datos están recogidos en el último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Tras esta cifra récord pasa desapercibida otra: el incremento de la movilidad y de la siniestralidad vial. Los datos del INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo) nos indican que en 2018 se registraron 71 886 accidentes laborales de tráfico (la cifra más alto de los últimos diez años) donde murieron 260 trabajadores (cifra más alta desde 2010). De estos fallecidos, 144 murieron durante su jornada laboral.

Paralelamente también están los problemas de movilidad que las entregas ocasionan: atascos, tráfico, ruido, contaminación… El colectivo de los motoristas de reparto es uno de los más vulnerables. La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene previsto ofrecer cursos de conducción segura, a través de empresas, para estos trabajadores.

La Escuela de Repartidores ya existe, cuenta con el apoyo de la DGT y el Ministerio de Fomento, empezó su andadura en 2018 con el soporte de la patronal UNO Logística y utiliza simuladores de conducción. Asimismo, el INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo) ha creado la campaña “Hazte visible”, iniciada en 2017 en la Comunidad Valenciana y que está “enfocada en la visibilidad del conjunto motorista-moto”, según explica la coordinadora de Investigación e Información del Instituto, Ángeles de Vicente.

Esta campaña cuenta con material reflectante, charlas de sensibilización previas a la utilización del material y seguimiento del impacto. Madrid, Aragón, Extremadura y Navarra son las comunidades que se han añadido, este año se sumará Galicia.

 

Puntos críticos

El sector logístico supone el 6% del PIB (Producto Interior Bruto), mueve más de 500 millones de envíos diarios y 5 millones de toneladas anuales, además de aglutinar a más de 800 000 trabajadores. Y debe afrontar retos muy importantes. Además de cumplir con la obligación de inmediatez y con los objetivos de ser competitivos y eficientes, el sector debe modernizar su flota de vehículos y cambiar a otros más pequeños, más operativos y que tengan menor impacto ambiental.

 

Planificación urbana

Lo que parece importante es que la DUM (Distribución Urbana de Mercancías) forme parte de la solución y no sea el problema. La Generalitat de Catalunya y la ATM (Autoridad del Transporte Metropolitano de Barcelona) crearon en 2018 el Libro Blanco de la DUM. El jefe de servicio de Gestión de Transporte de la ATM, Sergi Martínez, explica que este documento, además de servir de referencia, pone a disposición de las empresas y administraciones dos herramientas: una plataforma digital de información logística que facilita la eficiencia de las entregas y también una guía práctica con recomendaciones y medidas para los ayuntamiento.

Mientras a algunas empresas les es imposible realizar la distribución en domicilio, aparecen startups que trabajan de noche y pueden seleccionar el día y la hora de la entrega. Otras ofrecen click & collect (puntos fijos de recogida), buzones o taquillas inteligentes ubicados en portales o garajes, incluidas oficinas.

 

Motoristas de reparto

Los trabajadores que se dedican al reparto de comida a domicilio son especialmente vulnerables. El perfil de este colectivo, según el responsable de salud laboral de la Federación de Servicios de CCOO, Alejandro del Val, es de “personas muy jóvenes que en muchos casos se enfrentan a su primer trabajo, que consideran que es una situación pasajera y que no son informados de los riesgos que están corriendo”.

La subdirectora general de Formación y Educación Vial de la DGT, Lidón Lozano, ha declarado la intención de crear cursos de conducción segura voluntarios para motoristas, estos serán bonificados con puntos en el permiso. Anuncia también que “lo interesante de estos cursos es que promueven la formación voluntaria ofreciendo un número de horas teóricas y prácticas en circuito cerrado y en circulación, con la finalidad de conseguir comportamientos más seguros”.

 

Fuente: Revista DGT