Una de las causas generadoras de atascos depende directamente de la forma de conducir de los conductores
Los atascos
¿Por qué se producen atascos en la carretera? Los motivos son diversos: un accidente, obras en la calzada, un vehículo averiado o diferentes peligros que pueden generar retrasos en la carretera. Sea por uno de estos motivos o por un número de coches mayor del que la carretera puede acoger, la manera en que conduce el conductor puede remarcar las diferencias entre un atasco más o menos pesado.
La DGT (Dirección General de Tráfico) ha bautizado esta situación como “efecto acordeón”. Este es el efecto a través del cual se explica porqué, después de estar parado en la calzada, volverás a reanudar la marcha con más o menos retraso según nuestra posición en el atasco. Cuanto más atrás estemos ubicados, sufriremos una demora mayor, según la explicación del “efecto acordeón”.
“Efecto acordeón”
El ejemplo de este “efecto acordeón” sería una retención de 12 a 16 kilómetros, con una fila de 2000 coches, uno detrás de otro. Al ponerse en marcha el primero de la fila, el segundo tardará 1 segundo más en arrancar (2 segundos en total); el tercero, 1 segundo extra, y así sucesivamente. Con esta situación, el último coche tardará 30 minutos en arrancar en relación al primero que lo hizo.
Asimismo, si los conductores no están atentos, tardarán más en arrancar, podría duplicarse el tiempo de espera de los coches que se encuentran atrás en el atasco. Esto es lo que Tráfico denomina “el efecto del efecto”.
Cómo evitar el “efecto acordeón”
La DGT ofrece diferentes normas que los conductores deberán tener en cuenta para que las retenciones de tráfico no se hagan mucho más lentas para los coches que se encuentran atrás. ¿Qué es lo fundamental? Estar siempre atento a lo que sucede a nuestro alrededor, mantener una distancia de seguridad prudente y conservar una velocidad homogénea durante el recorrido.
Si se siguen estas 3 normas, podremos reaccionar de manera anticipada a lo que suceda delante, evitando así, en lo que a nosotros se refiere, que se produzca el efecto acordeón. Si todos los vehículos circularan a una velocidad homogénea, el tráfico sería más fluido.
Por otro lado, la distancia de seguridad nos permite evitar frenazos bruscos que favorecen la creación de este efecto; se recomienda no esperar a frenar en el último momento, pero tampoco estar dando constantemente toques al freno porque sobresaltará a los coches que vayan por detrás.
Tráfico recomienda levantar el pie del acelerador (perdiendo así velocidad de una manera suave) cuando se perciba un problema a lo lejos, además de avisar al resto de conductores mediante algún toque de freno.
Y evidentemente, también se ha de evitar otro efecto muy perjudicial que provoca muchos atascos: el “efecto mirón”. Este es el efecto por el que los conductores, cuando llegan a la altura de un accidente, frenan debido a la curiosidad de ver lo que ha pasado. Esta actitud favorece aún más la creación del efecto acordeón.
Fuente: Autopista.es