Si nos encontramos con un conductor Kamikaze, la mejor opción es hacernos todo lo visibles que podamos
Kamikaze*
El número de conductores kamikazes que han ocasionado accidentes se ha ido incrementando en los últimos años. Según los últimos datos que se tienen, en España se producen 140 accidentes al año relacionados con estos conductores.
El origen de esta palabra es japonés. Los traductores estadounidenses lo utilizaron para identificar aquellos ataques suicidas que llevaban a cabo los pilotos de la Armada Imperial Japonesa. Su técnica era la de hacer estrellar sus aviones directamente contra los objetivos elegidos.
Pero podemos marcar una clara diferencia entre aquellos pilotos japoneses y los conductores actuales bautizados con el mismo nombre. Los originales estaban luchando por unos ideales y eran totalmente conscientes de su muerte después del ataque. Sin embargo, entre los conductores actuales pocos son los que tienen la intención de suicidarse.
Esta palabra se usa en las carreteras para los conductores que circulan en sentido contrario a la marcha, exponiendo su vida y la de los demás. Para la Dirección General de Tráfico (DGT), estos conductores son calificados como CCC (Conductores en Condición Contraria). En los accidentes anuales en los que estos conductores son culpables, 140, se producen entre 25 y 30 fallecidos.
Perfil del conductor suicida
Entre estos “conductores suicidas” podemos distinguir hasta 6 tipos diferentes:
El despistado. Son aquellos conductores que se incorporan a una autopista o autovía en dirección contraria por un despiste o, a veces, una mala señalización de la vía. Un 20% de los accidentes de este tipo son de conductores extranjeros que están de paso por nuestras carreteras (algunas veces las señalización en España difiere de la que ellos están acostumbrados).
El adicto a la adrenalina. Aunque no parezca real, hay personas que son capaces de cometer estas locuras para conseguir esa sensación. Estarían incluidas en este grupo las apuestas: los conductores ganan dinero si se “atreven” a arriesgar su vida y también la de los usuarios de la carretera. El perfil de estos conductores es de jóvenes, entre 25 y 40 años, con un alto nivel adquisitivo.
El irresponsable. Son esos conductores que, después de haber ingerido alcohol o drogas, deciden cogen el coche. Suponen el 25% de los casos.
El delincuente. Es el que, tras haber cometido un acto delictivo, es perseguido por los cuerpos de seguridad. Para escapar de la policía, acaba circulando en dirección contraria al tráfico.
El suicida. Este conductor es un caso aislado porque, la mayor parte de los kamikazes, no quiere matarse. Los suicidas usan el coche como un modo de perder la vida, sin importarles si su decisión acaban también con la vida de otras personas.
El desequilibrado. Son aquellos cuyas capacidades psíquicas están alteradas y se alegran del sufrimiento ajeno. Su intención es causar miedo al resto de conductores y, por esa razón, sustentan su estado anímico.
¿Cómo actuar ante un kamikaze?
Si, al circular por una vía, advertimos la presencia de un kamikaze, la mejor opción es hacernos lo más visible que podamos. La mayor parte de las veces no quieren chocar contra otro vehículo, así que intentarán esquivarnos. Si esta situación se nos plantea de noche, no hay que hacer ráfagas de luz porque podríamos deslumbrarlo y generar una respuesta más grave todavía.
No deberemos realizar una frenada brusca porque podríamos provocar un accidente por alcance con los vehículos que vienen por detrás.
Si el kamikaze se acerca a nosotros, la mejor reacción es apartarse hacia la derecha. La razón es que, lo más probable, su tendencia sea circular por nuestro carril izquierdo; si se trata de un despistado, creerá que se encuentra en una calzada de un carril para cada sentido.
Cuando el peligro de impacto con el kamikaze haya pasado, debemos contactar inmediatamente con la Guardia Civil o la Policía.
¿Y si el conductor suicida soy yo?
En caso de que, por error, seamos nosotros los kamikazes, tendremos que detener el coche lo más cerca que podamos del guardarraíl y hacerlo lo más rápidamente posible. Hay que subrayar la extrema peligrosidad que significa esta situación.
El siguiente paso será descender del vehículo y colocarnos el chaleco reflectante (como si se tratara de una avería). Después llamaremos a la policía o a la Guardia Civil para que nos auxilie porque, si intentamos dar la vuelta en medio de la autopista por nuestra cuenta, el riesgo de sufrir un accidente se incrementa.
¿Qué sanciones le esperan a un conductor kamikaze?
Para empezar, sería sancionado por circular en sentido contrario al habitual, infracción que comporta una multa de 500 euros, además de la retirada de 6 puntos del carné de conducir.
En los casos en los que se ha puesto en peligro la vida de otros conductores, el Código Penal fija penas de cárcel de hasta 5 años y una retirada del permiso de conducir que puede prolongarse hasta los 10 años.
*Del japonés, “viento divino”. En la Segunda Guerra Mundial, piloto suicida japonés que tripulaba un avión con explosivos con el que se lanzaba contra un objetivo.
Persona que realiza una acción temeraria con propósito suicida o con riesgo de su vida. Un conductor kamikaze. (RAE)
Fuente: AutoCasión