Con una sencilla maniobra podremos verificar el estado de esta pieza tan importante en los coches con cambio manual
Comprobar el embrague
El espacio de tiempo que sucede entre un embrague en buen estado y otro que empieza a fallar es relativamente reducido. Por esta razón, se debe realizar un test fácil para ratificar en qué punto se encuentra.
Dejar el coche arrancado y detenido en una zona llana, embragar, meter la relación más larga que el vehículo tenga (quinta, sexta, etc.) y dejar de golpe el pedal.
Si el embrague se encuentra en forma aceptable, el vehículo se calará al momento. Si no se cala al instante, quiere decir que el disco del embrague empieza a patinar y su vida útil está cerca del final. Este es el primer aviso.
Esta sería la operación indispensable si queremos adquirir un coche de segunda mano con cambio manual, pero deberíamos hacerla siempre.
El patinaje del embrague
Los síntomas del vehículo cuando el embrague patina son claros: al acelerar, el motor se revoluciona más de lo que le corresponde y el coche no gana velocidad con la proporción habitual, sino inferior.
Si nos encontramos en una pendiente ascendente, podría darse el caso que el vehículo no avanzase. La pieza ya no deja hacer una transmisión de potencia tan directa entre el motor y las ruedas porque resbala; y una gran parte de los caballos del propulsor se pierden en esa fricción y no llega a los neumáticos.
Llegados a este punto, el fin está cerca, deberemos empezar a pedir cita en el taller porque será cuestión de pocos días (uno, dos o tres, pero no muchos más) que falle íntegramente.
¿Cuánto cuesta hacer el cambio?
Cambiar un embrague puede tener un coste variable en función de varios factores. Uno de ellos es su calidad general si es un embrague normal o bimasa; otro será la potencia del coche porque los modelos con más caballos suelen llevar discos más grandes y más caros.
Pero el cambio del embrague no es barato, no acostumbra a bajar de los 700 u 800 euros, incluso en los coches más sencillos. En un vehículo familiar compacto tipo Volkswagen Golf, por ejemplo, llegaría a los 1.000 o 1.200; podría incrementarse hasta los 1.600 o 1.800 en berlinas o SUV medios; y superar los 2.000 en modelos de fabricantes prestigiosos o específicamente potentes.
Para un embrague bimasa, que cuenta con dos volantes de inercia en lugar de uno, el coste se incrementaría en unos 300 o 400 euros sobre estas tarifas, que se refieren al coste total, incluyendo piezas y mano de obra.
¿Qué hacer para que dure?
Si utilizamos bien un embrague, su duración puede alcanzar los 200.000 kilómetros, incluso los 300.000. De la misma manera, un mal uso prolongado puede acabar con su vida en los 100.000 kilómetros. Por esta razón, además de por el alto precio de sus sustitución, vale la pena accionarlo de manera adecuada.
No se debe pisar el acelerador y el embrague a la vez, como norma general. Aunque al iniciar la marcha esto sea complicado. Lo que se debe hacer es encontrar el equilibrio y la coordinación para ir soltando el embrague y presionando el acelerador sin que se produzcan tirones ni brusquedades. Pero lo mejor es estar el menor tiempo posible presionando los dos pedales a la vez.
Sin embargo, cuando estemos en marcha, el uso del pedal del embrague ha de ser como el de un interruptor: pisar a fondo el pedal, meter la macha que se desee y soltarlo completamente, sin acelerar con él accionado.
Malas prácticas
Este componente acorta su vida debido a las malas prácticas de los conductores y estas son totalmente conocidas. La más común es empezar a acelerar con el pedal todavía pisado, esta costumbre provoca el resbalamiento del disco y su desgaste precoz. Otra mala práctica es circular con el pie izquierdo apoyado sobre el pedal cuyo efecto es el mismo.
Otras de estas malas maniobras son intentar subir el coche a un bordillo y salir a toda velocidad de un semáforo. En las arrancadas en cuesta y rampas de garaje, en lugar de jugar con la coordinación del embrague y el acelerador, es mucho mejor sujetar el coche con el freno de mano y aplicar la maniobra del inicio de marcha. Y cuando el coche haga la intención de moverse, es suficiente con soltar el freno de mano mientras se continúa acelerando.
Fuente: El Motor. El País