Las personas sordas pueden sacarse o renovar el permiso de conducir a pesar de sus deficiencias auditivas
La conducción
El acto de conducir conlleva un alto grado de concentración, también requiere buena organización y coordinación de toda la información que llega del exterior. Todos sabemos que un despiste al volante puede transformarse en una situación peligrosa si no reaccionamos al momento.
Es fundamental poner todos los sentidos en la conducción. Un 90% de la información que recibimos al conducir nos llegar a través de la vista, no obstante, disponer de salud auditiva también es primordial para circular con seguridad. Si no disponemos de ella, no podremos reaccionar ante la rápida aproximación de vehículos prioritarios, los sistemas de aviso del coche (como el que avisa de no llevar el cinturón de seguridad) o sencillamente ante los ruidos de nuestro vehículo cuando algo no funciona correctamente.
La definición de sonido que hace la RAE (Real Academia Española) es la “sensación producida en el órgano del oído por el movimiento vibratorio de los cuerpos, transmitido por un medio elástico, como el aire”. La importancia de este órgano no radica únicamente en la audición, también está en el equilibrio del ser humano, dos factores básicos en la conducción.
Pérdida auditiva
La pregunta que surge entonces es ¿qué sucede con las personas que sufren de dificultades auditivas? ¿Tienen problemas para obtener o renovar el carnet de conducir?
Para conseguir el permiso de conducir, o su renovación, los conductores deben pasar una revisión médica en un Centro de Reconocimiento de Conductores que haya sido homologado por la DGT (Dirección General de Tráfico). Para la audición, el examen consta de dos pruebas: la otoscopia y la audiometría tonal. En la primera prueba se realiza una inspección médica del pabellón y del conducto auditivo externo, en la segunda, se analiza la capacidad del conductor para captar sonidos, emitidos de frecuencias e intensidades diferentes.
Cuando el reconocimiento finaliza, el médico debe dictaminar según el índice IPC el grado auditivo del conductor. Es importante saber que el déficit auditivo no va a impedir al conductor ponerse al volante.
En el Real Decreto del BOE, apartado 2 del Anexo IV, relativo a aptitudes psicofísicas para la obtención o renovación del permiso de conducir quedan establecidos dos niveles de Índice de Pérdida Auditiva Combinada (IPC) para los dos grupos de permisos (profesionales y normales).
Conducir con dificultades auditivas
Para el grupo 1 (AM, A1, A, B, B+E y LCC), la normativa resuelve que para una conducción sin restricciones, sin que el vehículo sea modificado, no debe haber una pérdida de audición entre los dos oídos, con o sin audífono, de más del 45%. Para el grupo 2 (BTP, C1, C1+E, C+E, D1, D1+E, D, D+E), el índice mínimo es del 35%.
Si los resultados del reconocimiento ofrecen déficit sensorial, la única restricción para conducir con dificultades auditivas será la utilización, de forma obligatoria, de espejos retrovisores exteriores y uno panorámico en el interior del coche para potenciar el área sensorial visual en pro de la auditiva.
No se verá modificado de ninguna manera el tiempo de vigencia del carnet de conducir. Para los conductores con permisos profesionales, si su déficit es superior al 35%, no se le autorizará la obtención o renovación del carnet de conducir.
Conducción autónoma, coche conectado o internet de las cosas son conceptos que están cambiando la industria del automóvil y también la relación de los usuarios con los vehículos. La Gerente de Certimedic (Centro de reconocimiento de conductores), Marta Posa, explica que se tendría que apostar más por desarrollar recursos que facilitaran la conducción de este colectivo, como incluir avisos luminosos en las pantallas táctiles de los coches o vibraciones en el volante en situaciones de peligro.
En el caso de que conduzcas y padezcas pérdida auditiva, se aconseja realizar comprobaciones en los espejos retrovisores, evitar subir mucho la radio, respetar las revisiones y el mantenimiento de los audífonos y, en caso de cambio de las prótesis auditivas, eludir la conducción hasta haber realizado la comprobación de su correcto funcionamiento.
Fuente: La Vanguardia