Frente a las diferencias de Europa, en la región decantan por el trabajo colectivo.
Movilidad eléctrica.
Que la movilidad eléctrica está creciendo exponencialmente en el mundo es algo que todos estamos viendo. Y Latinoamérica y el Caribe no son indiferentes a este crecimiento. Una prueba de esto es la celebración de la Latam Mobility Summit 2019 (Encuentros de Movilidad Sostenible) el pasado mes de febrero.
Ciudad de México acogió este encuentro que, durante dos días, reunió a expertos de diferentes países para que contribuyeran con sus conocimientos en este mercado que se encuentra en estado embrionario, pero que tiene una gran proyección de futuro. La movilidad eléctrica se está empezando a hacer visible en la zona más urbanizada del mundo, con una tasa de población urbana que se prevé llegue al 89% en 2050.
En la región, el mercado de los vehículos eléctricos enchufables se encuentra en una fase inicial, aunque en la mayor parte de los países de América Latina no llegan a los cuatro dígitos. Gracias al encuentro profesional del pasado febrero, se puso en relieve el gran potencial de desarrollo y la capacidad de los gobiernos para comprometerse de manera coordinada con proyectos que favorezcan la transformación.
Latinoamérica
Cada país latinoamericano trabaja para ofrecer incentivos, infraestructura y cambios culturales que ayuden en la reducción del precio de los vehículos eléctricos. También quiere avivar el despliegue de infraestructuras de carga y lucha contra la resistencia a adoptar nuevas tecnologías en un sector que, durante todo el siglo XX, se ha mantenido fiel al vehículo de combustión.
En Chile, por ejemplo, es lo que sucede. Quiere ser el país líder en Latinoamérica en el cambo hacia las 0 emisiones. La Estrategia Nacional de Electromovilidad, promovida por el anterior ministro de Energía, Andrés Rebolledo, está basada en que el 40% de los vehículos particulares y el 100% de los vehículos de transporte público sean eléctricos en 2050.
Para conseguir esto, las ministras de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, y la de Energía, Susana Jiménez, han firmado un acuerdo público-privado para fomentar el desarrollo de proyectos de investigación y de capital humano en relación a este mercado que se estima estratégico en el país.
Reunión del Foro
Durante la celebración de la XXI Reunión del Foro de Ministerios de Ambiente de América Latina y el Caribe, celebrada en octubre del año pasado en Buenos Aires, fue presentado el Diálogo de Movilidad Eléctrica. Este Diálogo estaba promovido por Costa Rica y Argentina y contaba con el apoyo de Barbados, Belice, Bolivia, Chile, Colombia, El Salvador, Granada, Guatemala, Honduras, México, Santa Lucía y Uruguay.
En estos lugares la incorporación de autobuses eléctricos para el transporte público (200 unidades que circulan en Chile), el cambio de flotas de taxis eléctricos (Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y México), la creación de corredores interprovinciales de recarga rápida o la creación de leyes que la promuevan y el incentivo del transporte eléctrico (Costa Rica) han sido objetivos realzados como parte de la estrategia regional.
En la activación de la movilidad eléctrica, América Latina parece haber encontrado un mercado con intereses comunes a la totalidad de países implicados. Además de proposiciones innovadoras para modernizar y descarbonizar el transporte público y privado que aportarían beneficios a la calidad de vida.
Según el presidente de la comisión de sostenibilidad y medio ambiente de la FIA (Federación Internacional del Automóvil), y exmandatario mexicano, Felipe Calderón, el consejo para los emprendedores mexicanos es aprovechar este momento de responsabilidad ambiental y urbana para que se muevan las voluntades políticas hacia la descarbonización del transporte.
Europa
En Europa, por el contrario, cada país interpreta a su manera, y también con diferente pretensión, cómo llegar a sus objetivos para la descarbonización del transporte. Sin existir tampoco ningún tipo de sinergia a nivel local.
La descarbonización del transporte es una cuestión de Estado, un compromiso que está en los objetivos de la Comisión Europea a 2050 y en el Acuerdo de París. Conseguirlo está muy por encima de los gobiernos y también de las ideologías.
Así que debe ser prioritario el favorecimiento de acuerdos y marcos normativos de movilidad eléctrica, el fomento de herramientas financieras y nuevos modelos de negocio, crear capacidades e intercambiar conocimientos, colaborar en proyectos pilotos, además de bucear en nuevas relaciones y oportunidades con otros campos del saber, poniendo más intensidad en la innovación y en la creación de empleo.
Por estas razones, la movilidad eléctrica debe ser entendida como un proceso evolutivo que se da en un momento de cambios industriales, tecnológicos y de servicio. Este proceso se debe asumir, América Latina y el Caribe lo hace, junto con Asia, Oriente Medio y América del Norte, y se están preparando para conseguir el liderazgo de este cambio.
Fuente: Cinco días